Cuando Ezequiel Avila llegó a San Lorenzo, era un total desconocido para el mundo del fútbol capitalino. Ahora, a medida que fueron pasando los partidos, de a poco se va ganando su lugar a fuerza de entrega y fútbol. Pero aquí en Rosario, Ezequiel Avila no es un desconocido. Dueño de un talento innato, el “Chimi” tiene un nombre y una historia particular.
Ahora tiene la oportunidad de jugar en la elite del fútbol argentino, en el último campeón de América, y no quiere desaprovecharla. “En San Lorenzo me recibieron muy bien y eso me ayudó a adaptarme más rápido. Ahora que quedamos afuera de la Copa, apuntamos todo al campeonato. El objetivo es salir campeones”, conto el Chimi en Estadio 3.
Surgido, formado y criado en Tiro Federal de Rosario, su salida del club de Ludueña no fue la mejor. Pero por supuesto, él guarda los mejores recuerdos. “Con Tiro toda la mejor, estoy muy agradecido porque me dio la chance de debutar como profesional. Yo crecí y me formé como jugador ahí, por eso siempre le voy a tener cariño”, expresó “Chimi”.
Ahora será cuestión de él poderse mantener en el fútbol de elite. Las condiciones las tiene, y su vida personal parece haberse tranquilizado. El nacimiento de su hija ayudo en ese cambio, según palabras del propio protagonista. “Sí, el ser papá me dio otras responsabilidades. Tengo que cambiar por obligación, debo traerle el plato de comida a mi hija”, concluyó Ezequiel “Chimi” Avila en Estadio 3.