Contaba el hombre, acérrimo hincha de San Lorenzo.
-En el debut, contra Colón, no aparecía, claro, estaría nervioso o no encontraba el momento, hasta que se decidió. No se podía esperar más, no daba para más. Le pegó un empujoncito a Ramírez y éste con su propia mano y sin lastimarse se hizo el gol en contra. Por suerte nadie se dió cuenta. Ganamos y era su estreno.
-Después con Vélez, cuando pensábamos que no podíamos cambiar esa derrota, apareció con un cabezazo de pique al suelo, ante un centro alto de Navarro, y la pelota se elevó por sobre el arquero y empatamos. Y continuaba el hombre con su monólogo, muy entusiasmado.
-Ahora con Arsenal, se conoce que con algo más de experiencia, tuvo dos intervenciones fundamentales. En la primera, otra vez tiro libre de Navarro, parece que se entiende bien con él, produce un desvío imperceptible y Campestrini la toca pero no la puede sacar.
En la segunda, y esta jugada parece que es marca registrada y le gusta mucho, viene el centro alto, muy alto y largo de Piatti, otra vez cabezazo de pique al suelo, pelota que pasa por arriba del arquero y Villalba la empuja al gol. Nos habían empatado fue el gol que nos puso otra vez arriba.
-Un fenómeno. Lo que no entiendo es por qué no aparece cuando somos locales. Se nota que privilegia las necesidades.
Su oyente, muy intrigado y ya desconcertado le preguntó:
-Pero, de quien estás hablando?
-De quien va a ser? de Bergoglio.