Mucho mas que mala suerte

Mucho mas que mala suerte

Lo que pasó esta noche en el Nuevo Gasómetro no fue producto de una brujería, de la mala fortuna o del ensañamiento de un árbitro. San Lorenzo volvió a perder de local como es casi una constante en el ciclo de Pizzi, quien es incuestionable desde los números por lo que hizo jugando exclusivamente fuera de casa. Este equipo, que todavía no tiene definida una identidad, carece de sorpresa en ataque -salvo alguna inspiración individual- y no tiene solidez en defensa.

Por eso, cuando recibe un gol se desploma. Tampoco perdió porque no ligó. Hay mucho mérito propio para que el rival te gane el partido con una jugada como la de hoy. Caerle solo al arquero es fácil e injusto. Álvarez se equivocó feo al no poder retener un tirito, pero antes y después del suyo hubo errores de todos los colores: el cuatro perdió una pelota que tenía ganada y luego hace un foul absolutamente evitable, y luego los rivales patearon dos veces al arco en las narices de once jugadores propios. ¿De quién era Maidana? De todos y de nadie, por este sistema de marca zonal y con todos los hombres propios en posición defensiva con el que está obsesionado Pizzi. ¿Deberá pasar como cuando tenía un pie afuera y lo intimaron a que ponga a los pibes y la corte con Jara y Stracqualursi o se dará cuenta solito de que no puede seguir regalándose así?

Lo único positivo de una noche en la que no se generó ni una sola chance de gol nítida es que, por las limitaciones y la avaricia del rival, se perdió solamente por un gol y la serie está abierta para ir a ganar al Monumental. Hemos sacado adelante juegos muchos más cuesta arriba en esa cancha, no es tiempo de bajar los brazos.

 

Pablo Lafourcade

TyC