No abandonar la calma

No abandonar la calma

Cuando el discurso dominante de la época pisotea el tiempo que demanda la construcción y opta por los extremos para dramatizar este juego, la frase calza justo para rebatir cualquier intento de juzgar este proyecto cuando apenas se llevan disputadas algunas fechas. “Somos conscientes de que al principio no éramos los mejores y ahora no somos los peores”, fueron las palabras que utilizó Martín Cauteruccio para definir a este San Lorenzo que transita por la irregularidad.

 Calma. Calma.

 Todos saben que las tres derrotas al hilo sembraron un conjunto de incertidumbres que no figuraban en el mapa de realidad de Boedo. Pero así pasó y lo mejor –y lo único- que puede hacer este plantel es tomar eso como enseñanzas para corregirlas y para recuperar la buena marcha lo antes posible.

La primera muestra de la autocrítica es que el equipo, bajo el mando del entrenador, trabajó con intensidad la defensa de los envíos detenidos, variando entre la zona y el hombre para elegir la mejor variante. La parada siguiente será decisiva para hacerse fuerte de local y para cortar la racha negativa que está poniendo en jaque la confianza sobre un plantel que se armó para pelear en todos los frentes. “Es un momento especial.

Es importante mantener la calma y saber que hay equipo para revertir la situación y salir a ganar”, agregó el ex Quilmes, sin dudas el refuerzo que mejor rindió hasta ahora, en la conferencia de prensa que brindó el jueves. Todo indica que el goleador del campeonato seguirá como titular pero restará saber quiénes serán los otros que serán de la partida. Juan Antonio Pizzi, sin caer en la desconfianza que tienen algunos hinchas, expone la sensación de tener todo bajo control. “La palabra obligación no me gusta demasiado, pero tenemos capacidad para ganar las tres competiciones que disputamos”, dijo el técnico en diálogo con Rock&Closs.

Se sabe que lo que pase el domingo en el Nuevo Gasómetro y el jueves en el Monumental definirá, en parte, cómo continuará este proceso que no quiere desprenderse de la calma que se necesita para sortear los baches.