Sos desde que le dijeron a tu viejo que ibas a nacer, y te hicieron socio casi antes de tener un nombre. O sos desde que viste por primera vez rodar una pelota, desde que te regalaron tu primera gloriosa camiseta con los colores más hermosos jamás combinados, en forma de bastones verticales, o tal vez desde que pusiste un pie en Avenida La Plata al 1700, y si no llegaste a vivirlo, entre Varela, Cruz y Perito Moreno, o en cualquier otro lado donde se haya presentado un once del Ciclón.
Sos desde el 1 de abril de 1908, hace ya más de 105 años. Sos de San Lorenzo, de los Gauchos de Boedo, del Cuervo, el Ciclón, los Matadores, Carasucias, los Santos. Fuiste los campeones amateur de 1923, 1924 y 1927. También los inolvidables del 33, 36, 46, 59, los Matadores de 1968, los bicampeones del 72, el campeón del 74, el Clausura 95, el increíble récord 2001, los títulos internacionales del 2001 y 2002, y el que fue primero en el Clausura 2007.
Sos el récord de trece victorias consecutivas del fútbol argentino, el récord de 47 puntos en torneos cortos, el equipo que venció en 15 partidos y se consagró como el que más encuentros ganó en un torneo de 19 fechas, el mejor porcentaje de puntos obtenidos del fútbol argentino, con 89,63% en el Nacional 1972, el primero que fue campeón invicto y el único que lo fue dos veces, el primer bicampeón anual en el 72, el único club argentino que ganó la Copa Mercosur y el primero en ganar la Copa Sudamericana. Sos sangre, sos pasión, sos lucha, esfuerzo y valentía, garra y tesón, honor y gloria.
El que estuvo en las buenas y en las malas, el que juró que en los malos momentos siempre lo iba a acompañar. Dejaste la garganta en la tribuna, gritaste hasta no poder más. Supiste lo que es irte al descenso y resurgir de las cenizas, rompiendo los récords de venta de entradas del fútbol argentino, ser el que más gente llevó al estadio más grande del país, aún más que el propio dueño, y en el peor momento de tu historia. Viviste el dolor enorme de quedarte sin tu casa, y con el sudor de tu frente levantaste otra.
Cuando te preguntan de qué barrio sos, decís orgulloso que sos de Boedo, pero bien sabés que en todas partes del mundo hay aunque sea un Cuervo que lleva con alegría los colores de este amor, de este sentimiento, que representa a San Lorenzo donde quiera que esté, y así entendés que esta pasión no es sólo de un barrio, es del planeta entero. No te vas a olvidar nunca de dónde naciste. Fuiste uno de esos 110.000 que coparon la plaza de mayo al grito de guerra de "vamos a volver", juraste no parar hasta hacerlo y cada día estás más cerca de volver a jugar en Avenida La Plata. También sabés que no te importa el frío, la lluvia, el lugar donde juegue, el precio de la entrada, el rival...no te importa nada, querés ver a San Lorenzo.
Eso sos, sos azulgrana furioso, puro, hermoso, maravilloso, increíble. Sos incondicional, fiel, ingenioso. Sufriste, lloraste, gritaste, reíste, festejaste. Superaste los golpes más duros con la grandeza que te caracteriza, y cuando los demás te creían muerto y celebraban tu tristeza, sacaste fuerzas de donde no había, peleaste casi sin armas y venciste. Porque nunca moriste y nunca morirás, porque vas a dejar todo por gritar "El Ci-clón", y sé que siempre vas a estar esperando el fin de semana para alentar a la azulgrana.
También sos el pibe que hace rock de canciones de cancha con la camiseta de San Lorenzo puesta, la chica que canta los temas de La Gloriosa con la remera que dice que vamos a volver. El que no sea como vos, como yo, como los pibes ingeniosos del Ciclón, no te va a entender. Si no sos del palo, si no sos del CASLA, vas a pensar que estamos locos. Pobres de ellos. Ellos no vivieron lo que viviste vos. O lo que te contaron y sentís como si te hubiera pasado en carne propia.
¿Qué saben ellos de este amor, de lo que darías por San Lorenzo? No saben nada, porque no tienen esa historia. Podrán deleitarse con sus copas, con sus títulos. Pero nunca tendrán lo que vos tenés, que es lo que más vale. Las copas, los campeonatos, la gloria deportiva llega. El sentimiento inexplicable de la pasión azulgrana, no se compra, no se consigue, no se adquiere. Entonces derramá una lágrima de alegría, sé feliz, agradecele a tu viejo, a tu abuelo, a quien te haya enseñado lo que es el Ciclón, porque cuando te des cuenta de lo que significa, te vas a sentir la persona más rica del mundo, porque así me siento yo, que soy de San Lorenzo.