Para Volver a Creer

Para Volver a Creer

En una noche extremadamente ventosa en el estadio del Ciclón, el conjunto de Juan Antonio Pizzi ganó un partido que era una prueba de fuego, después de haber quedado fuera de dos de las tres competencias a afrontar en este semestre y, sin jugar del todo bien, venció con autoridad y contundencia a los dirigidos por Julio César Falcioni.

El equipo azulgrana tuvo pasajes efímeros de buen fútbol. Se puede destacar, por ejemplo, una gran jugada que incluyó toques de primera y que dejó a Enzo Kalinski mano a mano frente a Nicolás Cambiasso, que terminó con la pelota yéndose injustamente al lado del palo izquierdo del arco de los de Floresta. No mucho más en un primer tiempo que tuvo varias fallas defensivas por parte del equipo local, y un par de ocasiones que hicieron temblar a los corazones de la hinchada cuerva.

Esa misma hinchada que después de haber sido duramente golpeada el miércoles en Catamarca, volvió al Nuevo Gasómetro y alentó todo el partido, más que nada antes de comenzar, como diciendo "en las malas mucho más". El primer gol llegó a los 43 minutos de la primera mitad, con una corajeada de Leandro Romagnoli y un rebote que resultó ser un pase gol para una excelente definición de Ángel Correa, que la acomodó de primera con el botín derecho, entre el palo y la estirada del arquero Cambiasso.

Ese gol fue clave para incomodar a un All Boys que había tenido las suyas en los pies de Nicolás Colazo y Gonzalo Espinoza, pero que al encontrarse en desventaja, tuvo que salir a buscar el empate en el segundo tiempo. Y a San Lorenzo, cuando lo tenés que ir a buscar, lo encontrás en su mejor versión ofensiva. Ahí es cuando aparecen los espacios, cuando podés ver un equipo rival más descuidado atrás, y sabés que en una contra lo podés liquidar. Así fue como después de un saque desde el arco de los visitantes, Juan Ignacio Mercier la tiró de cabeza en la mitad de la cancha para Ignacio Piatti, éste la bajó para Correa, quien encaró en velocidad, fue imparable y sacó un nuevo derechazo, imposible de detener para el arquero del Albo. Ante un All Boys rendido, Néstor Ortigoza le dio un pase magistral a un inteligentísimo Villalba, quien marcó el tercer tanto del conjunto azulgrana y le puso cifras definitivas al marcador.

Ovación para el Pipi Romagnoli y para el Pichi Mercier, los dos mejores jugadores del equipo, los más experimentados y los que más garra ponen para salir adelante. Quedó tiempo en el final para un tiro delicioso de Alan Ruiz, que pasó muy cerca del ángulo superior derecho. Aplausos para el equipo que dio una pequeña muestra de carácter ante un rival que casi no era medida.

Se vienen tiempos difíciles, retos que están a la altura de la elite del fútbol argentino, partidos en los que la gente se da cuenta de que "para ser campeón, hoy hay que ganar": Lanús, Boca y Newell's serán clave para demostrar que San Lorenzo está para algo más, y no solo para quedarse en el mote de candidato.

Uno por uno:

Sebastián Torrico: 5. No tuvo demasiada participación, pero hizo sufrir a la gente con una salida en falso. Cayó mucho su nivel, aunque retornó a la sana costumbre de mantener la valla invicta.

Julio Buffarini: 5. No tuvo profundidad en ataque y dejó qué desear en defensa. Una de las peligrosas de All Boys llegó por su lado y él perdió la marca de Colazo. Le faltó mucho en los centros, hasta con errores marcados técnicamente.

Pablo Alvarado: 6. Partido correcto en el segundo tiempo, pero tampoco fue un destacado. Volvió a sumar en ataque, pero ojo que dejó una servida para el remate de Espinoza. Mauro Cetto: 4. Regaló muchas pelotas, le faltó firmeza y decisión. Hoy por hoy, pierde el puesto fácil con Alvarado y Gentiletti.

Walter Kannemann: 6. Como siempre, un león. Dejó todo en la cancha, y por abajo no lo pasaron nunca. Le faltó un poco de sus subidas características.

Juan Ignacio Mercier: 9. Ya no hay más nada que decir de Mercier. Todos saben que marca, mete, juega, hace jugar, defiende, ataca, releva, gana de cabeza.

Enzo Kalinski: 7. Por momentos, se enciende, empieza a correr, ataca y es un tractor. En otros, se pone en modo calesita y es lento. Corriendo, metiendo, saltando, tocando y atacando, es un gran jugador y el equipo lo siente. Ignacio Piatti: 6. Mostró más en su faceta defensiva que en la ofensiva. Muy desaparecido en algunos fragmentos del partido. Cuando agarra la pelota, se decide y encara, te das cuenta de que es un jugador distinto, pero tiene chispazos. Si esos chispazos se hacen (por fin) regulares, le va a dar mucho a San Lorenzo.

Leandro Romagnoli: 8. Se viste de ídolo. Aparece en las difíciles, y si tiene la obligación, juega solo contra los 11 rivales. Se puso el equipo al hombro cuando más le costaba, y tuvo la fortuna de generar la jugada del primer gol. No te vayas nunca.

Ángel Correa: 8. Fue intermitente, pero cuando apareció tuvo contundencia y el premio fueron los dos goles. ¡Qué bien patea al arco este pibe! Tuvo errores, sí, porque es un pibe y le falta, pero es un jugador desequilibrante. Por fin pudo patear un par de veces y convertir. ¿Y si se le abre el arco ahora?

Héctor Villalba: 7. Hizo de nueve falso, y la peleó con todo. Casi no le quedó ninguna, pero qué entrega, qué velocidad, qué guapeza, qué inteligencia. Esa inteligencia de picar perfectamente habilitado, entrando de costadito en el tercer gol, es de un delantero con oficio. Y este nene tiene 19 años. Por muchos más así, Titín.

Néstor Ortigoza: 6. Excelente pase en el gol de Villalba. No tuvo mucha más participación. Erró algún que otro pase, pero convenció con su verticalidad ofensiva, que tanto le faltaba. Hay que dejar de tirarla para atrás o para el costado, pero también es difícil cuando no hay opciones de pase.

Gonzalo Prósperi: -. No jugó más de 15 minutos. Prácticamente no la tocó.

Alan Ruiz: -. Entró sobre el final, y le alcanzó para un remate delicioso que casi se convierte en el cuarto gol.