En España, le dicen Mundialito. Le prestan atención y lo reconocen como una competencia importante, pero igual queda lejos en la consideración general respecto del significado pleno de la Champions League, no sólo desde el punto de vista deportivo sino también desde el económico.
En América, se lo conoce por su denominación a secas: Mundial de Clubes. Sin apodo y tampoco con diminutivo, el torneo ganó en importancia luego de haber reemplazado a la antigua Copa Intercontinental. No hay, aún, ningún equipo argentino que haya conquistado el certamen creado en 2000 y relanzado en 2005.
Cristiano Ronaldo y Leandro Romagnoli pueden estar otra vez frente a frente, si es que tanto “merengues” como “cuervos” pasan sus respectivas semifinales -entre el 16 y el 17/12- para jugar la finalísima del Mundial de Clubes el 20/1.
El hoy astro del Real Madrid y el ídolo máximo de los sanlorencistas ya se enfrentaron en una oportunidad: fue durante la primera fase de la Champions League 2007/2008, cuando el portugués integraba el Manchester United que le ganó 1-0 al Sporting Lisboa del “Pipi”, en el estadio “José Alavalde”, de la capital lusa.
Siete años después, el destino puede hacerlos encontrar en territorio marroquí, más allá de las diferencias de potencial y jerarquía entre uno y otro equipo. A fin de cada año, el Mundial de Clubes presenta un virtual enfrentamiento entre David y Goliat.
La relación asimétrica entre ganadores de cada continente cada vez es más pronunciada. Por ejemplo, luego de haber superado la fase de grupos, los octavos, los cuartos y las semifinales, el campeón de la Libertadores 2014 se hizo acreedor a cerca de 5.100.000 dólares como premio, gracias al cuadro de ingresos acordado con la Conmebol por los derechos de TV.
Si los valores medidos en dinero extranjero representan un calmante para las respectivas tesorerías de cada club sudamericano, son cifras irrelevantes si es que se las compara con las que accede cada participante de la Champions.
Es más, el sólo hecho de haberse clasificado a la competencia continental le permite a cada entidad europea asegurarse 9 millones de euros; ergo, casi el doble de lo que gana el campeón de la Libertadores.
A Real Madrid, por haberle ganado la final 2013/2014 de la UCL al Atlético de Madrid del “Cholo” Simeone, la UEFA le entregó un premio de 57 millones de euros (casi 71 millones de dólares). Sí, poco más de doce veces más que al campeón del máximo torneo de la CONMEBOL.
En 6 semanas, Ronaldo y Romagnoli estarán cara a cara. Mientras Cristiano está enfocado en ganar su tercer balón de oro, el Pipi busca recuperarse de su luxación de hombros y con los 5 sentidos puestos en Marruecos.
Es que en estas tierras se habla de Mundial de Clubes, nunca de mundialito.
Fabian Galdi Losandes.com.ar